Lleva Tu Atmósfera Contigo

Lleva Tu Atmósfera Contigo

El Mensaje de hoy fue escrito por mi amigo Roger Kunkel (q.e.p.d.)

No hace mucho, un periodista de televisión estaba entrevistando a un grupo de astronautas sobre las oportunidades y los peligros de viajar en el espacio. Él concluyó la entrevista haciendo la siguiente pregunta: “¿Cuál crees que es la clave más importante para el éxito en viajes espaciales?” Uno de los astronautas dio una respuesta interesante: “¡El secreto de viajar en el espacio es llevar tu propia atmósfera contigo!”

Al escuchar eso, me di cuenta de que eso también es cierto en nuestros viajes por la vida en la tierra. La clave es llevar tu propia atmósfera contigo. No necesitamos ser cambiados o alterados o influenciados o destruidos por entornos extraños, o incluso hostiles en esta vida. Podemos llevar nuestra propia atmósfera con nosotros. Eso es precisamente de lo que se trata el magnífico pasaje bíblico en la carta de Pablo a los Romanos, donde Pablo dijo: “No se amolden al mundo actual, sino sean transformados mediante la renovación de su mente. Así podrán comprobar cuál es la voluntad de Dios – buena, agradable y perfecta.” (Romanos 12:2). Me encanta la forma en que JB Phillips parafrasea esto: “No dejes que el mundo a tu alrededor te apriete en su propio molde.” En otras palabras: “Entrega tu vida totalmente a Dios y no dejes que nada lo cambie o lo debilite o que te exprima la vida de ti.” O, dicho de otra manera: “Puedes llevar tu propia atmósfera contigo.”

Oremos: Espíritu del Dios viviente, cae de nuevo sobre nosotros. Haz retroceder las nubes y deja que el sol brille resplandecientemente en nuestras almas. Que tu amor penetre en la opacidad de la existencia diaria y nos recuerde la alegría que proviene de llegar más allá del estante del egoísmo al de la amistad, la justicia, y tierna amabilidad. En estos tiempos difíciles, danos el valor de la moral, la integridad de la verdad, la dignidad de la decencia. Que nuestras manos se extiendan con el amor y la compasión de tu Hijo; por la gracia de Jesús oramos. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

El Único Regalo que Todos Podemos Ofrecer

El Único Regalo que Todos Podemos Ofrecer

Hace varios años, cuando estaba haciendo educación continua en Atlanta, me encontré con una vieja amiga que había sido capellán en Columbia cuando yo estaba en seminario. Ella estuvo en el hospital el día que nació mi hija Marley, y fue muy bueno verla.

Cuando me encontré con ella estaba jubilada, y le pregunté qué hacia estos días. Y ella dijo: “Ya sabes Joe. Tengo 72 años de edad. No tengo montañas que escalar. Estos días pienso mucho menos en hacer y me concentro mucho más en ser. Quiero estar centrada. Quiero estar con los pies en la tierra. Quiero ser generosa y amable. Quiero estar presente para mis hijos y nietos. Estoy trabajando en ser”

¿Cómo haces eso?

“Bueno, me siento en la presencia de Jesús y dejo que el obre en mí.”

Me recuerdo algo que dijo John O´Donohue citando al místico Cristiano del siglo XIV, Meister Eckhart: “Muchas personas vienen a mí preguntándome cómo deben orar, como deben pensar, qué debo hacer; y todo el tiempo, descuidan la pregunta más importante: ¿Cómo debo ser?

Más tarde O´Donohue reflexionó sobre las enseñanzas de Eckhard: “Hay un lugar en el alma que ni el tiempo ni el espacio ni ninguna cosa creada pueden tocar. Hay un lugar dentro de ti donde nunca has sido herido, donde todavía hay seguridad en ti, donde hay fluidez en ti, donde hay confianza y tranquilidad en ti. Y creo que la intención de la oración…es visitar, de vez en cuando, esa especie de santuario interior.”

Estamos en un momento en el que existe una inmensa necesidad en nuestra nación, en nuestros vecindarios, en nuestras comunidades y en nuestras familias. Y a veces resulta abrumador. ¿Qué podemos hacer?

Pero soy cada vez más consciente de que el único regalo que todos podemos ofrecer, si estamos dispuestos a profundizar más, es el regalo de nuestra paz y bienestar interior, tener los pies en la tierra que es la fuente de la compasión, generosidad, y la gracia que el mundo necesita tan desesperadamente. Tu paz y bienestar son un regalo – no sólo para ti – sino para el mundo.

Oremos: Hacemos una pausa, aunque sea por un momento, en tu presencia ahora mismo, Oh Dios, pidiendo que tu Espíritu sanador y vivificante nos llene y renueve. Ayúdanos a encontrar tiempo y espacio para encontrarnos contigo para que podamos ser personas de compasión y centros de paz. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Oración Enfocada

Oración Enfocada

Hay un pasaje bíblico, al principio del Evangelio de Marcos, en el que la suegra de Simón tiene fiebre. Jesús la toma de la mano y la levanta, y ella queda sanada. Y de repente, así de rápido, Marcos nos dice que todo el pueblo estaba a su puerta – los enfermos, los heridos, los poseídos. Y puedes imaginar a Jesús yendo de persona en persona. La necesidad abrumadora. La desesperación abrumadora: ¿Puedes sanar a mi hija? Mi marido ha estado sufriendo…Mi hijo…

Al leer esto quizás te preguntes ¿Cómo puede Jesús seguir adelante? La necesidad es interminable. Pero luego, Marcos nos da un vistazo: “Muy de madrugada, cuando todavía estaba oscuro, Jesús se levantó y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar.”

Quiero ser práctico aquí por sólo un minuto. La oración en teoría es una cosa. Orar por desesperación es una cosa. Pero la pregunta es: ¿Cómo puedes hacer que la oración sea una fuerza guía/formadora en tu vida?

Sabes, generalmente pensamos en la oración como una conversación, y a menudo, una conversación bastante unilateral. Y muchas veces para mí, se convierte en una letanía: Dios, necesito ayuda. Necesito eso, necesito aquello. Jim necesita sanación…

Y la oración es eso. Pero no es sólo eso. La oración es también comunión, es decir, simplemente sentarse en la presencia de Dios, ser consciente de la presencia de Dios, dándole atención. Es un tipo de ofrenda que nos lleva a una experiencia directa de algo más grande que nosotros mismos.

Si nuca antes has intentado este tipo de oración, te invito a que lo intentes esta semana. Encuentra un lugar tranquilo donde puedas dedicar todo tu tiempo y atención a Cristo. Cierra los ojos y respira profundamente un par de veces. Poco a poco toma conciencia de la presencia de Dios a tu alrededor y en ti. Concéntrate en tu respiración y en el Espíritu sanador y vivificante de Dios que nos rodea. Cuando tu mente divague, suelta suavemente los pensamientos, ofrécelos a Dios y vuelve a esa respiración. Alternativamente, puedes concentrarte en un breve pasaje de las sagradas escrituras, y cuando tu mente divague, regresa a las sagradas escrituras. Puede que hagas esto 1000 veces y está bien. Confía en que Dios está contigo en este momento. Tal vez configure un cronómetro por dos minutos…avanzando hasta cinco minutos…luego tal vez hasta 20 minutos. 

Marjory Thompson dijo: “Cuando nosotros…simplemente nos quedamos en silencio ante Dios, el Espíritu es libre de obrar sus misterios curativos en nosotros: liberándonos de las ataduras, energizando nuevos patrones de vida, restaurando nuestra alma…”

Oremos: Dios misericordioso, queremos ser el tipo de personas que son enfocadas, no ansiosas y esperanzadas. Queremos estar en paz con nosotros mismos y en paz con los demás. Ayúdanos a dedicar tiempo a ti. Encuéntrate con nosotros en esta ofrenda esta semana; a través de Cristo, nuestro Salvador. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

¿Dónde está Dios?

¿Dónde está Dios?

Ya sabes, cuando los problemas entran a nuestras vidas, cuando la tragedia golpea, “¿Dónde está Dios?” Y la respuesta es – Dios está en el mismo lugar que estaba cuando su hijo estaba en la cruz. Dios no nos abandona; Dios está con nosotros en cada paso del camino. Él está con nosotros más cerca que nuestras manos y pies. Y a medida que seguimos avanzando, viviendo un día a la vez, confiando en Dios y haciendo lo mejor que podamos, él se mueve con nosotros; nos trae por el valle. 

En el capítulo quincuagésimo de Génesis, esto fue a lo que José se refirió cuando dijo a sus hermanos: “Es verdad que ustedes pensaron hacerme mal, pero Dios transformó ese mal en bien.” (Génesis 50:20). Lo que había sucedido era malo, pero Dios sacó lo bueno de esos terribles acontecimientos. Esa es la buena noticia de nuestra fe. Dios está con nosotros, y nada, ni siquiera la muerte, puede separarnos de él. “He aquí, yo estoy con vosotros siempre,” – esa es la promesa más significativa de Dios, y cuando afirmamos dicha promesa cambia nuestras vidas. Ahora haz de este día una obra maestra porque eres bendecido para ser una bendición para los demás.

Oremos: Dios de todos los tiempos, entra en nuestras vidas y haznos sanos. Al entrar en el tiempo de Jesús el Cristo, que nazca en nosotros el día de hoy y que nos conduzca a la luz de tu amor. Acompaña a todos los que están necesitados de calor, vida y esperanza. Acompaña a los afligidos. Acompaña a los enfermos. Acompaña a los que tienen miedo, para que puedan sentirse en tus Fuertes brazos. Guíanos a tu luz, porque oramos en el nombre de la luz del mundo, Jesucristo. Amén. 

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Cumpliendo la Ley de Cristo

Cumpliendo la Ley de Cristo

Andrew Davidson escribió sobre la visita al Dr. Albert Schweitzer, en su hospital misionero en Lambarene, a orillas del río Ogowe. Hubo una ocasión que realmente fue destacada para Davidson.

Una mañana, justo antes del mediodía – el grupo de visitantes y el Dr. Schweitzer subían por una colina mientras el sol brillaba directamente sobre ellos. De repente, Schweitzer, que en el momento tenía 85 años de edad, se apartó del grupo y cruzó la ladera hasta un lugar donde una mujer africana local estaba intentando llevar, con mucha dificultad, un enorme manojo de madera. Davidson dijo que observaba con admiración y preocupación, a medida que el hombre, de avanzada edad, llevaba toda la carga de madera cuesta arriba para alivio de la mujer.

Cuando los visitantes llegaron a la cima, uno de ellos le preguntó al Dr. Schweitzer por qué hizo tal cosa con semejante calor – a su edad. Albert Schweitzer, mirando directamente a sus invitados y señalando a la mujer, dijo simplemente: “Nadie debería tener que lidiar con una carga así por cuenta propia.” 

Mi oración para ti es que nunca tengas que soportar una pesada carga a solas. Que Dios te conceda el valor de solicitar ayuda cuando lo necesites. Y que Dios te rodee con gente buena – personas que te escucharán y orarán por ti y que te ayudarán cuando más lo necesites.

Por otro lado, aunque no podamos soportar físicamente las cargas de otras personas, como el Dr. Scweitzer, todos podemos estar en sintonía con las luchas y necesidades de otras personas. Y si no podemos ayudar, ciertamente podremos ayudarles a obtener la ayuda que necesiten.

El apóstol Pablo escribió a la iglesia en Galicia: “Llevad las cargas de los otros, y de esta manera cumpliréis la ley de Cristo.”

Oremos: Te agradecemos, Amado Dios, que estés siempre presente – que tu amor y gracia nos rodean en cada momento. También te agradecemos por las personas en nuestras vidas que hacen la diferencia. Para aquellos que nos sirven y para aquellos que nos aman y para aquellos que oran por nosotros, te damos las gracias. Empodéranos para que podamos ayudar a otros, a escuchar, a ayudar, a servir y mostrar nuestro amor – en tu nombre – siguiendo tus pasos. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Amor Implacable

Amor Implacable

Hay una tira cómica en donde Lucy se acerca a Charlie Brown y dice: “Te amo.” Esto es tan inusual para Lucy que Charlie Brown le respondió diciendo: “No, no es así.” Pero Lucy repite – cada vez un poco más alto – “Sí es así, realmente te amo.” Pero Charlie Brown ha sido rechazado tantas veces que él sigue diciendo: “No puede ser verdad.” Así que, en la última imagen, Lucy ha alcanzado el límite de su paciencia y ella grita: “OYE TONTO, ¡TE AMO!”

A veces pienso, ¡eso es lo que Dios tiene que hacer con nosotros!

Es tan cierto que algunas personas tienen dificultades para creer que son amadas. Por varias razones se les hace difícil sentirse aceptados, elegidos y valorados.

En el Evangelio de Lucas, Jesús cuenta una serie de parábolas: sobre una moneda perdida, una oveja perdida y finalmente sobre el hijo pródigo. Estas historias ilustran los alcances en las que Dios está dispuesto a ir a buscarnos, y nos bendice con gracia y amor. Incluso cuando somos testarudos o difíciles, el amor de Dios es implacable.

Oremos: Venimos ante ti con corazones abiertos el día de hoy. Algunos de nosotros estamos llenos de alegría, algunos de nosotros estamos deprimidos y heridos, algunos de nosotros estamos celebrando, y algunos de nosotros nos sentimos lejos de ti. Pero todos tenemos esto en común – necesitamos que tu amor recaiga sobre nosotros el día de hoy. Oro para que descanses tu Espíritu en cada uno de nosotros – ábrenos nuevamente a tu asombrosa gracia. Amén. 

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Un Corazón Humilde y Arrepentido

Un Corazón Humilde y Arrepentido

En tiempos antiguos, los sacrificios religiosos eran la forma normal de adorar a Dios. De hecho, era un requisito. Así que es interesante que el Salmo 51 ofrezca esta oración: “Tú no te deleitas en los sacrificios ni te complacen los holocaustos; de lo contrario te los ofrecería.” Pero entonces, la oración continúa: “El sacrificio que te agrada es un espíritu quebrantado; al corazón quebrantando y arrepentido, Oh Dios, no lo despreciarás.”

El espíritu y el corazón son metáforas de nuestro mundo interior. A veces este mundo interior se vuelve duro con orgullo y la ilusión de autosuficiencia. Un espíritu quebrantado y un corazón arrepentido es una comprensión de que no soy perfecto. Soy humano. Soy de carne y hueso. He cometido errores y quiero cambiar. Podemos orar: Dios, te necesito. Necesito tu gracia, tu Misericordia y tu ayuda.

El punto es, antes que nada, Dios quiere nuestros corazones. Y es sólo cuando podemos llegar ante el Señor con esa apertura, esa humildad, ese deseo de entregarnos a la voluntad de Dios – es lo que permite que nuestra adoración, nuestras buenas obras y nuestras ofrendas tengan sentido.

Rudyard Kiplin escribió: “Cuando el tumulto y los gritos mueren, los capitanes y los reyes se apartan: Todavía se mantiene tu antiguo sacrificio, “un corazón humilde y arrepentido”. Señor Dios de los ejércitos, mantente con nosotros aún, para que no olvidemos…para que no olvidemos.”

Nuestra oración es tomada del Salmo 51. Oremos: Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio y renueva la firmeza de mi espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación; que un espíritu obediente me sostenga. A través de Jesucristo. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Un Corazón de Gratitud

Un Corazón de Gratitud

Rev. Keith Wagner escribió recientemente sobre una vieja leyenda: Un hombre que se encontró con un gran granero rojo después de divagar por días en un bosque en la oscuridad. Él estaba buscando refugio de los aullidos de una tormenta. Entró en el granero y sus ojos estaban acostumbrados a la oscuridad. Para su asombro, descubrió que éste era el granero donde el diablo guardaba su almacén de semillas. Eran las semillas que eran sembradas en los corazones de los seres humanos. El hombre tenía curiosidad y encendió un fósforo. Comenzó a explorar en el montón de cajas de semillas a su alrededor. No pudo evitar notar que la mayoría de las cajas se leía: “Semillas de Desánimo.” 

En ese momento uno de los ayudantes del diablo llegó a recoger una carga de semillas. El hombre le preguntó: “¿Por qué la abundancia de semillas de desaliento?” El ayudante se rio y respondió: “Porque son tan eficaces y se arraigan rápido” “¿Crecen en todas partes?” Preguntó el hombre. En ese momento el ayudante del diablo se puso muy malhumorado. Miro fijamente al hombre y dijo: “No. Parece que cuesta que crezcan en el corazón de una persona agradecida.” 

No hay duda de que las semillas del desaliento están realmente por todas partes. Pero también parece ser cierto que cuando reflexionamos, aunque sea por un momento breve sobre nuestras bendiciones, es difícil sentirnos desanimados por mucho tiempo.

Hoy, traigo a mi mente a quienes amo y aprecio. Escucho el canto de los pájaros y siento la brisa fresca de la mañana. Recuerdo la sonrisa de un amigo, la risa de mis hijos, y las promesas de nuestra fe. Y siento una profunda gratitud. 

 El místico Cristiano del siglo XIV, Master Eckhart escribió una vez: “Si la única oración que puedas decir es gracias a ti, eso será suficiente.”

Nuestra oración de hoy fue escrita por Ambrose de Milán – en algún momento a finales del siglo IV. Oremos: Oh Señor Dios, tú eres mi medicina cuando estoy enfermo. Tú eres mi fuerza cuando necesito ayuda. Tú eres la vida misma cuando temo a la muerte. Tú eres el camino cuando anhelo el cielo. Tú eres la luz cuando todo está oscuro. ¡Tú eres mi comida cuando necesito alimentos! ¡Gracias a ti! Amen.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Orando Juntos

Orando Juntos

Ayer reflexioné sobre la belleza de la comunidad como parte del motivo por el que sigo a Cristo. Continúo ese tema hoy.

Hace unas semanas alguien me dijo: Orar solo es bueno, pero orar juntos es poderoso. Esto me hizo pensar en cómo el 11 de Septiembre del 2001, nuestra iglesia celebró una vigilia de oración esa misma noche. Recuerdo que cantábamos juntos, la versión de Kyrie, – Señor, ten piedad…Señor ten piedad…Señor, ten piedad de nosotros…Uno de los himnos Cristianos más antiguos, y ni siquiera podía cantarlo. Tenía un nudo en la garganta y las lágrimas corrían por mi mejía. Pero la comunidad lo cantó por mí.

Es posible que hayas tenido momentos como ese cuando llegaste a adorar un Domingo por la mañana, tal vez después de la pérdida de un ser querido, o después de un mal diagnóstico, o en algún otro momento terrible, y no puedes cantar y no puedes orar…pero las oraciones y los himnos de cientos de personas más te rodean…la comunidad lo ora por ti…la comunidad lo canta por ti.

¿Existe algún otro lugar público donde esté bien llorar? De hecho, ¿Existe otro lugar público donde nos reunamos a lo largo del espectro político para trabajar por el bien común?

Y no, no siempre es fácil. Y sin embargo…

¿En qué otro momento de la vida nos detenemos para reenfocar nuestras vidas? En qué otro momento seremos capaces de nombrar honestamente la realidad del mundo que nos rodea – sí, hay mucho quebrantamiento, mucho dolor y hambre – y aún así decir, estamos aquí para adorar porque no creemos que el sufrimiento tenga la última palabra…Hay un poder mucho mayor en acción – que nos ha llamado.

En un momento en que la soledad y el aislamiento social se describen como una pandemia, en un momento en que nuestra nación está tan dividida, en un momento en que el cambio se está produciendo tan rápidamente y que el tejido social y moral parece deshilacharse, sé que no puedo navegarlo solo. Necesito a Cristo…Y necesito a la iglesia.

Esa es parte de la razón por la que sigo a Cristo. ¿Y tú?

Oremos: Dios amado, te doy gracias por mi familia de fe, por una comunidad de personas que caminan a mi lado en este viaje de la vida. Te doy gracias por la forma en que me aman, me retan y oran por mí. ¡Qué regalo! Que continúes reuniéndote con nosotros, así como nosotros nos reunimos contigo. En el nombre de Cristo. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

El Regalo de la Comunidad

El Regalo de la Comunidad

Hace unas semanas planteé la pregunta: ¿Por qué crees? Si tuvieras que presentar un argumento, incluso un argumento de interés propio, a favor de seguir a Jesús, ¿Qué dirías?

Cuando realmente reflexiono sobre ello, casi en ningún otro lugar he experimentado el movimiento de Dios de una manera tan poderosa como en la comunidad a la que Cristo nos llama. Ha sido parte integral de mi fe – ver cómo cambian los corazones y las vidas a medida que las personas se unen para adorar y tener un impacto en los más necesitados.

He pensado en trabajar codo a codo con los miembros de la iglesia en proyectos de Hábitat para la Humanidad. Me imagino a los niños empobrecidos abriendo los regalos de Árboles de Ángeles en Navidad, las cestas de pascua y las mochilas llenas de comida que compramos y juntamos. Pienso en las colchas llenas de oraciones dadas a aquellos que han estado enfermos en el hospital…Y pienso en la hospitalidad en las abundantes recepciones que nuestros diáconos organizan para las familias después de un servicio conmemorativo. 

Cuando pienso en el impacto que Cristo ha tenido en mi vida, sin duda el aspecto comunitario ha sido uno de los más profundos. En mi adolescencia y principios de mis 20, me resistí y realmente me mantuve alejado de la iglesia. Dije cosas como: Yo creo en Dios, pero no creo en una institución. (Nunca has escuchado eso antes, ¿verdad? Qué original.) Y los Domingos por la mañana, hubiera preferido estar en la playa surfeando o pescando en el agua.

Pero ahora, cuando miro hacia atrás y veo cómo se ha formado mi vida, y cuando pienso en las personas (y no solos los santos, sino incluso en las personas más difíciles) en cómo han enriquecido mi vida, y cómo me han desafiado a practicar lo que predico y me han enseñado lo que significa ser generoso y perdonador, y cómo superar grandes obstáculos y ser preservador, ¡No puedo creer que pude haber pasado por esta vida y haberme perdido este regalo!

Cuando pienso en por qué sigo a Cristo, estoy agradecido por la familia de la fe.

Oremos: Hoy, Oh Dios, estoy profundamente agradecido por una comunidad de personas que caminan conmigo en este viaje de la vida. Te agradezco por encontrarte con nosotros mientras unimos nuestras vidas en tu nombre. Que continúes bendiciéndonos para que a su vez bendigamos a otros. En el nombre de Jesús. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!