Déjalo Ir

Déjalo Ir

Hace unas semanas, en un retiro de mujeres, una amiga describió una vieja bolsa de lona del ejército que le pertenecía a su padre. La bolsa había estado alrededor del mundo varias veces, había visto varias batallas, había estado en varios armarios y áticos a través de los años, y por lo tanto estaba bien desgastado…estaba manchado, remendado, y llevaba el olor inconfundible del moho.

Mi amiga dijo que ella no podía recordar cuando había empezado a llevar dichas bolsas a todos lados con ella; ella solo sabía que lo llevaba por mucho tiempo. Ella lo dejaba, ocasionalmente, solo para notar que después de un buen rato volvía a cargarlo otra vez. A pesar de que estaba maloliente y asqueroso, ella se había acostumbrado al olor, era algo familiar. Ella creció con dicha bolsa. Algunos días era tan pesado que apenas podía cargarlo y mucho menos llevarla por todos lados. Otros días se sentía bastante liviana, y ella reconocía la presencia de la bolsa por solo su olor.

Cuanto más tiempo hablaba de la bolsa de lona, empezaba a verla y olerla también cada vez más.

Jesús nos ofrece oportunidades para que le demos nuestras bolsas de lona malolientes… “Vengan a mí todos ustedes que están cansados y agobiados, y yo les daré descanso.” (Mateo 11:28)

Por favor oren conmigo: Dios de nuevos comienzos, nosotros confesamos que no sabemos por qué continuamos cargando con nuestros equipajes del pasado. Tal vez porque es tan familiar, o tal vez porque da miedo de solo pensar en la vida sin el equipaje, o porque necesitamos culpar a alguien o a algo de los problemas que tenemos hoy en día. Ayúdanos a ser libres de todo aquello que ejerce un peso sobre nosotros y que nos mantiene oprimidos. Ayúdanos a descansar y encontrar paz en ti. Amén.

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Dejad que los Niños Vengan

Dejad que los Niños Vengan

Risa, locuras, juego, deleite, alegría – Estas son solamente algunas palabras que describen mis sentimientos a la medida que escucho a niños, en edad preescolar, jugando todos los días en la iglesia.

Jesús dijo (en Mateo 19:14), “Dejen que los niños vengan a mí, y no se lo impidan, porque el reino de los cielos es de quienes son como ellos.”

Apenas la semana pasada un niño de 5 años se acercó a mi después de capilla diciendo, “Pastora Amy, te voy a cantar una canción.” Antes de poder aceptar o declinar, ella ya había empezado a cantar. No una sino dos veces, yo educadamente traté de detenerla mientras ella cantaba su canción. Verán, ella necesitaba regresar a su aula de clases con sus compañeros de escuela. Y era el momento para que yo regresara a mi puesto de trabajo. Y en ese momento – boom – ya lo tengo.

Aquí está… ¡el reino de Dios – aquí mismo, en este momento, en frente de mi…y casi me lo pierdo! Dios me habló a través de la pequeña niña – a través de sus palabras, y de su dulce sonrisa, y sus bellos e inocentes ojos. Dios me estaba alcanzando con amor, y yo casi no recibo el regalo.

Jesús valoraba a los niños. Ellos saben estar presentes en cada momento. Ellos personifican la maravilla, deleite y alegría. Ellos confían.

Por favor oremos juntos: Querido Dios, gracias por los pequeños niños y por el amor, luz y alegría que ellos traen a este mundo. Haznos más como ellos. Ayúdanos a confiar de la forma en como ellos confían. Ayúdanos a creer que tú cuidarás de nosotros – sin importar lo que pase, y que tienes buenas cosas prevista para nosotros – ¡una esperanza y un futuro¡ Amén.

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Señales Publicadas en la Vida

Señales Publicadas en la Vida

El piloto de carreras Juan Manual Fangio descubrió que después de la primera vuelta del Gran Prix de Mónaco de 1950, cuando se acercaba por segunda vez a una peligrosa curva, él notó que algo andaba mal. Las caras de los espectadores, que por lo general los veía turbio al pasar, estaban todas apartadas de él.

“Si no me están mirando,” pensó Fangio, “deben de estar mirando algo más interesante a la vuelta de la esquina.” Así que frenó con fuerza y rodeó cuidadosamente la curva, donde vio que su segunda evaluación había sido precisa. La pista estaba bloqueada por un masivo amontonamiento de vehículos.

Cuando somos lo suficientemente astutos como para ver signos de peligro, vale la pena prestar atención y cambiar nuestro curso de acción.

Una vez escuché sobre un letrero colocado en una cerca por un granjero de Arkansas: “Por favor no caminen sobre la hiedra venenosa ni alimenten al toro.”

¡La mayoría de nosotros apreciaría dicha advertencia! No creo que iría a caminar por ese campo – ¡de igual forma en que no quisiera conducir un auto de carreras en un accidente gigantesco!

Dicho eso, también tengo que admitir que a veces no quiero escuchar las palabras de advertencia. Me acostumbre a las cosas tal como están, y el cambio es difícil. Pero también sé que a veces las señales de peligro son reales, y si no fallo en cambiar el rumbo, tendré que enfrentar las consecuencias.

Oro el día de hoy para que Dios nos dé ojos para ver las señales de advertencia en el camino de la vida. Ya sea que vengan en forma de un consejo de un amigo, la admonición de un médico, un sermón retador u otra cosa, que al menos podamos escuchar profundamente y comprometerlos a la oración.

Oremos: Dios de toda sabiduría, Dios de amor, te agradecemos por las señales colocadas a lo largo del viaje. Te agradecemos por los amigos y por los seres queridos y por otras personas a quienes has traído a nuestras vidas para bien. Te pedimos de nuevo, en este día, por tu guía, tu valor y tu paz. Amén.

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Bendito, y Luego Bendición

Bendito, y Luego Bendición

Una vez el eminente filósofo John Dewey encontró a su hijo en el baño. El piso estaba inundado y él trataba, furiosamente, de contener el agua para que no saliera de dicho espacio, para mantener el daño al mínimo. El profesor comenzó a pensar, tratando de entender las ramificaciones más profundas de la situación. Después de unos momentos, el hijo dijo: “Papá, este no es el momento de filosofar. ¡Es hora de trapear!”

Lo mismo es cierto a veces en la vida Cristiana. Sin duda, hay un tiempo para estudiar, para reflexionar y pensar profundamente. Pero hay un momento para trapear – para poner nuestra fe en práctica: Cuando vemos a otros con necesidades…cuando un amigo o un compañero de trabajo está atravesando un momento difícil…cuando nuestros recursos podrían hacer la diferencia…

En su primera carta, Juan escribió: “Si alguien que posee bienes materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se puede decir que el amor de Dios habita en él? Queridos hijos, no amemos de palabra ni de labios para afuera, sino con hechos y de verdad.”

Amigos de Dial Hope (Digita Esperanza), mi oración para ti, el día de hoy, es que mantengas el equilibrio. Que siempre encuentres maneras de alimentarte espiritualmente. Pero luego, reabastécete y refréscate, para que puedas poner tu fe a trabajar.

Martin Luther King, Jr. dijo una vez: “¡El momento siempre es correcto para hacer lo correcto!”

Oremos: Amado Dios, mi oración de hoy es especialmente para aquellos que necesitan ser alimentados – literalmente y/o espiritualmente. Alzo a ti a aquellos que están solos, o destruidos, o lastimados, o hambrientos. Utiliza nuestros dones, nuestras vidas y nuestras oraciones para traer tu curación, integridad y paz. Lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.

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Dar Gracias en Todo

Dar Gracias en Todo

La ingratitud es un defecto grave. Estoy de acuerdo con Martín Lutero en que “la ingratitud es robar.” En su “Infierno”, Dante colocó en el centro de su infierno no a los culpables de pecados carnales, sino más bien a hombres y mujeres malhumorados, sombríos e ingratos. Shakespeare escribió en “A Como te Gusta,”

“Sopla, sopla, viento de invierno,
Aunque no eres tan desagradable
Como la ingratitud del hombre.”

Una madre anciana estaba postrada con su enfermedad terminal. Los tres hijos casados, dos hijos y una hija, fueron llamados a su lecho. Consciente pero débil, la madre sonrió débilmente ante su presencia. Uno de los hijos se inclinó y dijo: “Tú has sido una buena madre.” Con un suspiro, la madre susurró: “¿Realmente quieres decir eso?” “Por supuesto que has sido una buena madre,” los tres hijos dijeron. La voz de la madre volvió a sonar muy débilmente, “yo no lo sabía. No lo habían dicho antes, y no lo sabía.” Desafortunadamente, algunos viven mucho tiempo antes de que puedan darle las gracias a Dios o hacia otra persona por las bendiciones de la bondad humana. A veces, la expresión de gratitud viene como una sorpresa, sí, incluso como un impacto.

Una señora subió a un tren de corto alcance. Un hombre se levantó para darle su asiento, ella estaba tan sorprendida que se desmayó. Cuando volvió en sí, ella le agradeció por lo del asiento. Luego él se desmayó. Recuerda, el apóstol Pablo nos recuerda: “Den gracias a Dios en toda situación.”

Oremos: Amado Dios, te damos las gracias por las personas agradecidas que realmente les preocupa las cosas; una visita amistosa, un oído atento, una tarjeta divertida, una cálida carta, una llamada de larga distancia, un correo electrónico, un ramo de flores, un libro de inspiración. Gracias a ti Señor, por los días ordinarios de los placeres simples y encantos tranquilos; y por esos días extraordinarios de risa y llanto cuando el drama y la profundidad de la vida tocan y calientan nuestros corazones. Que la gratitud por tu asombrosa gracia y amor incondicional salgan frecuentemente de nuestros labios. Por Cristo nuestro Señor. Amén.

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Aquellos que Desean Cantar

Aquellos que Desean Cantar

El apóstol Pablo escribió en su carta a los Efesios (5:19-20): Canten y alaben al Señor con el corazón, dando siempre gracias a Dios el Padre por todo, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.

Hay un proverbio Sueco: Aquellos que desean cantar siempre encuentran una canción.

Mi amigo Kenny White es una de esas personas que siempre tienen una canción en sus labios. Él tiene una gran voz y está instruido en la vieja música góspel. Gabe Goodman, el pastor principal de una iglesia a la que serví en Jacksonville, también canta en el coro, y su bella voz grave a menudo se escuchaba en la oficina de la iglesia. Otras personas que conozco tienen más dificultades para entonar una canción, pero aman la música y con gusto agregarían sus voces para hacer un ruido alegre cuando sea apropiado.

Aquellos que desean cantar…

También podríamos decir, sobre personas como Pablo – aquellos que desean dar gracias, siempre encuentran una manera. Pablo a menudo escribía desde la prisión – sin embargo, la gratitud se filtra en cada una de las cartas que escribió. Incluso ahora, la mayoría de nosotros conocemos a personas que enfrentan adversidades en la vida con una capacidad de recuperación asombrosa. Casi sin excepción, son personas que pueden ver lo bueno y lo bello incluso en medio de su sufrimiento. Sus vidas parecen cantar alabanzas a Dios a pesar de las circunstancias.

El día de hoy oro para que, ya sea que te guste cantar en voz alta, o simplemente cantar en tu corazón, puedas encontrar la forma de hacer música para el Señor, siempre, siempre dando las gracias.

Oremos: Santo, Santo, Santo, Señor Dios Todopoderoso, el cielo y la tierra están llenos de tu gloria. Hosanna en lo más alto. Te alabamos, amado Dios, por tu eterna canción de amor que nos rodea. Danos oídos para escuchar su melodía, y abre nuestros corazones para que nos podamos unir al coro.

Damos las gracias a todos aquellos que cantan y a todos los que hacen la música. Y, damos las gracias por todos aquellos que tienen vidas que cantan. A través de ellos, Oh Dios, recibimos tanta alegría. A pesar de las dificultades que enfrentemos, ayúdanos a vivir vidas que hagan música silenciosa pero alegre – siempre dándote las gracias y alabanzas. Por Jesucristo. Amén.

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Te He Llamado por Tu Nombre

Te He Llamado por Tu Nombre

Hace algún tiempo hubo una historia en la revista Reader´s Digest (Asimilación del Lector) sobre el primer día de clases de un estudiante de kínder, a principios de los años setenta. Había tantos nombres inusuales flotando alrededor del área de Santa Cruz, en aquellos días en que los maestros ni siquiera pestañaban cuando se encontraban con un niño que llevaba una etiqueta de identificación con el nombre “Puesto de Frutas”. Los maestros pensaron que el nombre del niño era extraño, pero intentaron hacer lo mejor posible de la situación.

“¿Te gustaría jugar con los bloques de juguete, Puesto de Frutas?” Ellos decían. Y luego, Puesto de Frutas ¿qué tal un refrigerio?” Él acepto, pero con inseguridad. Al final del día, su nombre no parecía más extraño que Rayo de luna o Rayo de Sol.

A la hora de salida, los maestros llevaron a los niños a los autobuses. “Puesto de Frutas, ¿sabes cuál es tu autobús?” Él no contestó. Pero eso no era extraño ya que no les había respondido durante todo el día. Muchos niños son tímidos el primer día de clases. Los maestros habían instruido a los padres a escribir los nombres de las paradas de autobús de sus hijos al reverso de sus etiquetas de identificación. La maestra simplemente vio al reverso de la etiqueta de identificación. Allí, pulcramente impresa, estaba la palabra “Anthony.”

Realmente aprecio los nombres inusuales – especialmente los nombres que transmiten significado o esperanza. Pero ¡pobre Anthony – que lo llamaban Puesto de Frutas todo el día!

Hay algo importante – incluso hermoso al ser llamado por nuestro nombre real. De niño en la escuela – cuando nuestros maestros aprendían nuestros nombres; o, en la iglesia cuando asistimos lo suficiente hasta el punto de que todos conocían nuestro nombre, comenzamos a sentirnos aceptados, sentimos que pertenecemos a la iglesia, sentimos que nos toman en cuenta.

En el libro de Isaías (capítulo 43), Dios dijo: “Te he llamado por tu nombre; tú eres mío.”

Dios te llama por tu nombre. Dios te conoce y él te ama profundamente.

Oremos: Oh Señor, tú nos has buscado y nos has conocido. Tu disciernes nuestros pensamientos desde muy lejos y conoces nuestras formas de ser. Y aún así nos amas. Gracias por tu perdón, tu misericordia y tus cuidados, y por proclamarnos como tuyos. Danos la gracia para responder con amor propio. Amén.

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Viendo a Dios en las Interrupciones

Viendo a Dios en las Interrupciones

En su libro, You Are Out of Date, God, (Estás Fuera de Moda, Dios), Barbara Jurgensen escribió una vez acerca de cómo había llegado a creer que su ocupada vida le había impedido vivir el tipo de vida Cristiana que realmente quería vivir. Entonces, una noche, ella le pidió a Dios que la ayudara a vivir una vida realmente Cristiana a partir del siguiente día.

Incluso antes de levantarse de la cama, a la mañana siguiente, su vecina de al lado llamó por teléfono, diciendo que tenía un terrible dolor de muelas. El dentista podría verla de inmediato, pero su hijito estaba enfermo. Entonces Bárbara fue a la casa de la vecina, le sirvió el desayuno al niño y lo cuidó. Eso le llevó toda la mañana.

Después del almuerzo, una amiga que había sido internada y dada de alta del hospital, en varias ocasiones, se detuvo con un par de vestidos y le preguntó a Barbara si la pudiera ayudar a acortarlos. Las dos señoras trabajaron juntas la mayor parte de la tarde.

Cerca de la hora de la cena, su marido llegó a la casa anunciando que había invitado a dos nuevos conocidos a cenar con ellos, una pareja que estaba casada. El hombre estaba teniendo problemas para encontrar trabajo debido a su registro policial, que indicaba que estuvo en prisión. “Espero que concuerdes conmigo que los haya invitado,” dijo el esposo y Barbara estuvo de acuerdo.

A la hora de ir a dormir, Barbara se preguntó cómo, con todas esas interrupciones, podría vivir el tipo de vida Cristiana que le gustaría tener. Por supuesto, lo que finalmente se dio cuenta es que Dios había estado en todas esas interrupciones – y cada una había sido una oportunidad para ejercitar su fe.

El tipo de vida al que Dios nos llama no es una vida enclaustrada – sino una vida vivida en el mundo real. A menudo uno está ocupado y complicados y las interrupciones abundan. Pero Dios está en medio de todo eso. Y, hay oportunidades en todo momento para poner nuestra fe en acción, para servir y amar.

Nuestra oración de hoy fue escrita por mi amigo Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de la Fundación Dial Hope (Digita Esperanza). Oremos: Dios de amor, toca nuestras vidas con tu Espíritu y transfórmalas, haciéndolas felices y amorosas. Informa a nuestras mentes con tu guía, que somos guiados en cada paso del camino hacia el plan que tienes para cada uno de nosotros. Danos forma y fórjanos, hasta que seamos verdadera y totalmente tuyos. Oramos en el nombre de Cristo. Amén.

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Haz las Cosas a la Manera de Dios

Haz las Cosas a la Manera de Dios

El mensaje de hoy fue escrito por mi amigo el Reverendo Roger Kunkel, q.e.p.d., fundador de Dial Hope (Digita Esperanza)

Tú sabes, cuando nacemos, las leyes de Dios ya están establecidas. Y, estos principios rectores son inmutables…Fijos.

Por ejemplo, existen las leyes de las estaciones. El agricultor aprende estas leyes y se rige por ellas. Siembra su cosecha cuando es el momento de sembrar, para que pueda cosechar cuando sea la hora de cosechar. Sería tonto para él rebelarse y sembrar fuera de temporada, ya que esto no cambiaría las leyes de Dios. Solo causaría el fracaso de su cosecha.

De la misma forma es con tu vida. Cada día te enfrentas a una elección – tu voluntad o la voluntad de Dios. Si eliges olvidar a Dios, obstinado, egocéntrico, es inevitable que tengas “fracasos a la hora de cosechar” al igual que el agricultor que tontamente siembra fuera de temporada. Pero, si eliges hacer la voluntad de Dios, de la mejor forma que lo puedas comprender, recogerás una cosecha de alegría y logros.

En el Salmo 37:4, la Biblia dice: “Deléitate en el Señor,” lo que significa regocíjate y sé feliz haciendo las cosas a la manera de Dios, “y Dios te concederá los deseos de tu corazón.” (Salmo 37:4, La Biblia Viviente)

Oremos: Dios Todopoderoso, al que se le abren todos los corazones, todos los deseos conocidos y de quien no se le puede ocultar secretos, limpia los pensamientos de nuestros corazones con la inspiración de tu Espíritu Santo, para que podamos amarte y perfectamente magnificar dignamente tu santo nombre. Por la gracia de Jesucristo. Amén.

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Oraciones Líquidas

Oraciones Líquidas

Hoy quisiera agradecer especialmente a aquellos de ustedes que han apoyado a la Fundación Dial Hope con una donación financiera. ¡Tus donaciones hacen posible este ministerio!

En un sermón titulado “La Fuente Curativa de las Lágrimas” (The Healing Fountain of Tears), el pastor Leonard Sweet compartió un antiguo comentario judío sobre el libro del Génesis. Este comentario o “Midrash” establece que cuando Adán y Eva fueron expulsados del Edén, Dios otorgó un regalo más a la pareja condenada. Dios les dio a Adán y Eva el regalo de las lágrimas – de modo que – cuando el dolor te invada, y tu corazón duela más allá de lo soportable, y una gran angustia se apodere de tu alma, entonces caerá de tus ojos esta pequeña lágrima. Y tu carga se hará más ligera.”

El Midrash continúa, sugiriendo que cuando las lágrimas de Adán y Eva aterrizaron en la tierra, surgió el primer “jardín” fuera del Edén. Las lágrimas de angustia y abandono se convirtieron en lágrimas de nueva vida y esperanza.

Sweet llegó a afirmar que “las lágrimas son oraciones líquidas.” Él escribió:

“El agua mantiene limpias nuestras almas. Eso es bautismo. Pero las obras de agua que tenemos operando para nosotros internamente se llaman “lágrimas”. Nuestras lágrimas llueven sobre nosotros y eliminan nuestra culpa. Nuestras lágrimas llueven sobre nosotros y liberan nuestros miedos. Nuestras lágrimas llueven sobre nosotros y renuevan nuestras almas.”

Es tan cierto, ¿Verdad que sí? Cuando lloras por la angustia personal o por la angustia del mundo que te rodea – o cuando lloras con los que lloran, cuenta tus lágrimas como oraciones. Recuerda que te acercan a Dios y te curan el alma.

Oremos: Dios amoroso y misericordioso, te agradecemos hoy por la capacidad de sentir angustia y dolor – porque sin ellos, nos faltaría la motivación para hacer cambios significativos. También, te damos gracias por el don de las lágrimas – por un medio de limpiar el alma. Concede que nuestras lágrimas de angustia y abandono se conviertan en lágrimas de nueva vida y esperanza. Amén.

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