Una Segunda Inocencia

Una Segunda Inocencia

El poeta y filósofo John O´Donohue realmente me explica esto cuando escribe sobre lo que él llama una segunda inocencia. Esta inocencia es diferente de la primera inocencia que tenemos cuando éramos niños. Esa inocencia se basa en una confianza ingenua.

La segunda inocencia sólo se puede desarrollar más tarde en la vida, cuando se vive profundamente. Sólo después de haber experimentado la parte inferior de la vida. Conoces su increíble capacidad para decepcionar y en ocasiones destruir. Sin embargo, a pesar de eso, de alguna manera todavía puedes mantener un sentido más profundo de esperanza e incluso alegría. Ése es el segundo tipo de inocencia que nuestra fe puede ayudarnos a desarrollar.

O´Donohue escribió esto: “Es encantador encontrarse con una persona mayor cuyo rostro está profundamente arrugado, un rostro que ha sido profundamente habitado, mirar a los ojos y encontrar luz en ellos. Esa luz no es inexperta sino inocente en su confianza en lo bueno, lo verdadero y lo bello. Dicha mirada de un rostro anciano es una especie de bendición.

Cundo leí esto, no pude evitar pensar en mi amigo Jim Campbell, quién falleció a principio de este año. Siempre pensé en él como el alcalde de su comunidad de jubilados. Durante años íbamos a almorzar una vez al mes y él siempre tenía una gran sonrisa y un gran sentido del humor. Él era muy generoso y siempre bromeaba, bromeando gentilmente. Después del almuerzo, visitábamos a las personas en el área de enfermería especializada y Jim siempre quería ofrecer la oración. A menos que te lo dijera, nunca sabrías que Jim era viudo, y que había enterrado a tres de sus cuatro hijos cuando eran adultos. Ellos murieron en acontecimientos separados pero trágicos a lo largo de muchos años.

Lo que pasa con Jim es que él era un hombre que había estado en el camino de la fe toda la vida. A lo largo de los años, él había puesto en práctica, repetidamente, los principios fundamentales de la tradición Cristiana: Confianza, generosidad, esperanza, perdón…Él vio lo peor que la vida puede hacer. Y, sin embargo…había una fe profunda, una luz y una esperanza que la tragedia no podía tocar.

He estado en le ministerio el tiempo suficiente para saber que esto no sucede por casualidad. Se necesita toda una vida de práctica.

Oremos: Mantente cerca de quienes te necesitan cerca en este día, Oh Dios. Ayúdanos a comprender nuestra fe ahora. Profundiza nuestra capacidad de perdonar, confiar, y de dar, incluso cuando cada fibra de nuestro ser se resiste. Crea en nosotros una “segunda inocencia”, para que podamos experimentar tu paz y ser instrumentos de dicha paz, por Cristo nuestro Señor. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

Biografía

Share