El Arte del Perdón

El Arte del Perdón

Hace unas semanas, estaba escuchando un podcast con Jack Kornfield y él hablaba sobre el gran maestro zen vietnamita, Thich Nhat Hahn. Hahn hablaba a menudo de que, en el corazón y en la mente, hay todo tipo de semillas. “Hay semillas de alegría y amor de conexión, creatividad, paz y bienestar, de cariño, de fortaleza. Pero también hay todo un conjunto de semillas de miedo y ansiedad, de ira o rabia, de codicio o de avaricia, etc.” Él dijo: “La forma en que vives depende de las semillas que riegas. Si riegas y cuidas esas semillas sanas, esas son las que crecerán en ti. Y eso se convierte en lo que eres…Entonces, si queremos cambiar el mundo para mejor, lo cual podemos, y creo que muchos, muchos de nosotros queremos hacerlo, comienza con estas capacidades internas…”

Kornfield continuó diciendo: “El perdón es parte de esto…Como seres humanos, debemos aprender el arte del perdón.”

Me gusta que lo haya llamado arte. Porque ciertamente no es fácil, ¿verdad que no?

A lo largo de los años, he escuchado historias de personas que fueron abusadas por parte de un familiar. Una vez un amigo me habló de un socio comercial que le robó decenas de miles de dólares. Y pienso en otro amigo cuya esposa lo dejó, por otra persona, después de tan sólo un año de matrimonio. 

Muchos de nosotros llevamos mucho encima. Y no hay duda sobre ello, el dolor es real. La ira, la amargura y los sentimientos de deseo de venganza son reales. Quizás sepas lo que es eso, cargar con ese dolor y esa ira. La necesidad de venganza es una emoción poderosa.

Y, sin embargo, la verdad es que si llevamos consigo odio, ira y amargura, ¿A quién le hace daño?

Uno de los pilares centrales de nuestra fe es la cruz. Y como Cristianos, afirmamos que Cristo crucificado nos revela el corazón y el sentimiento de Dios: Un Dios que sabe lo que es sufrir, que sabe lo que es ser traicionado, que sabe lo que es estar quebrantado, ser engañado, estar solo. Él literalmente lleva en su cuerpo nuestros pecados, la violencia, la injusticia.

Y, sin embargo, en la cruz, él oro: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.”

“Perdónanos nuestros pecados,” él nos enseño a orar, “como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden.”

Oremos: En este Viernes Santo, Oh Dios, al recordar a Jesus crucificado, te damos gracias por tu amor eterno e incondicional, no sólo por nosotros sino por este mundo. Concédenos tu gracia, mientras buscamos seguirlo, para que podamos caminar en sus caminos. Amén.

¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!

Daily Message Author: Joe Albright

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