Que Nuestra Alegría Sea Completa
Una mamá escuchó a su hijo de seis años orar, “Señor, no te preocupes por hacerme un niño mejor. Estoy pasándola de maravilla tal y como soy.”
Por supuesto, tuvo que reírse.
La oración del jovencito es graciosa. Sin embargo, en la vida, la mayoría de nosotros hemos descubierto que no es en los lugares que traen alegría profunda que necesitamos que Dios nos ayude a alejarnos. De hecho, Jesús dijo que vino para que nuestra alegría fuese completa. No, son los lugares en nuestra vida que se sienten mayormente muertos es en donde necesitamos ayuda. Cuando nos ocupamos de los lugares muertos, nuestra alegría sólo se intensifica.
Durante este tiempo de Cuaresma, vale la pena hacerse la pregunta: ¿Hay cosas en mi vida que me están hundiendo, afectando mi energía, mi fe o a mis relaciones? ¿Hay cosas que me impiden vivir más plenamente?
Un versículo que ha estado en mi corazón últimamente es el de Marcos 8:34-37. Jesús dijo: “Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa y por el evangelio, la salvará…”
Que Dios te conceda la fuerza y el valor para solicitar ayuda cuando lo necesitemos, y dejar libre, dejar ir, y entregarnos para que podamos hacer espacio para la verdadera vida abundante.
Oremos: Dios de Esperanza, gracias por el regalo de la vida. Gracias por amarnos tal como somos – y por amarnos tanto que deseas que estiremos nuestra fe y crecer como seres humanos. Muéstranos los lugares en nuestras vidas que necesitan ser elevados a una nueva vida. Llénanos con tu gracia, misericordia y paz para que tengamos fuerza para dejar ir, de entregarnos, para que podamos comenzar de nuevo. En el nombre de Jesús. Amén.
¡Por favor siéntanse libres en compartir este mensaje con familiares y amigos!